La reducción de los embalajes plásticos de un solo uso se ha convertido rápidamente en una preocupación global y todos compartimos la responsabilidad de cuidar nuestro impacto en el medio ambiente buscando maneras de ayudar a reemplazar y reducir los plásticos de un solo uso y maximizar el reciclaje.
El plástico puede ser increíblemente útil. Los diabéticos lo usan para sus jeringas desechables, los pacientes con artritis tienen prótesis en la cadera y los trabajadores del sector de la construcción lo usan para proteger sus cabezas. Sin él no tendríamos computadoras, teléfonos móviles o autos. Los embalajes de plástico ofrecen una manera conveniente y efectiva de transportar comida y bebida.
Aunque la mayoría de los embalajes plásticos pueden reciclarse en nuevos productos, una parte de ellos termina en vertederos o se destinan a la recuperación de energía. Esto puede deberse a que el consumidor no puede (o elige no intentar) reciclar o a que el empaque es rechazado durante el proceso de reciclaje debido a que está contaminado por alimentos o es demasiado pequeño o liviano para ser procesado.
Los plásticos que no se colocan en el contenedor acaban en la basura (deliberada o accidentalmente). La basura llega a los ríos locales, a las playas y a los océanos. Los residuos plásticos en el agua y en la tierra no solo son antiestéticos, sino que también representan una importante amenaza para nuestro medio ambiente y para la vida silvestre.